martes, 17 de julio de 2012

El trasplante de membrana amniotica en un paciente gran quemado

Oana Roxana Apostu. MD. Departamento de Oftalmología. Hospital Universitario Ludwig Maximilians 
Mercedes Yolanda González Ruiz. MD. Departamento de Oftalmología. Hospital Universitario de Getafe (Madrid) 
María Rosario Díez Villalba. MD. Departamento de Oftalmología. Hospital Universitario de Getafe (Madrid) 

Trabajo presentado en el 24º Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Ocular Implanto-Refractiva. 

INTRODUCCIÓN

Los traumatismos por quemadura representan la agresión biológica más grave que puede sufrir el organismo. Las quemaduras que afectan la superficie ocular son verdaderas emergencias oftalmológicas y pueden llegar a provocar daño permanente, severo y bilateral. Debido a la poca protección ocular en diferentes medios (p.ej: medio laboral), las quemaduras oculares se convierten en un problema por las secuelas graves que pueden presentar: adelgazamiento y opacificación corneal producidas por la necrosis isquémica que afecta las capas profundas del estoma o pannus en el caso de lesiones cerca del limbo.

El pronóstico visual del paciente está determinado por la prontitud y la forma de tratarlas. El control temprano del proceso inflamatorio augura un mejor pronóstico y por este motivo, es necesario involucrar de una manera rápida al oftalmólogo en el manejo de estos pacientes.

La membrana amniótica es la capa más interna de las membranas de la placenta (cara fetal), estando en contacto directo con el líquido amniótico y adherida a la lámina coriónica. Posee propiedades antimicrobianas, promotoras de la epitelización y también propiedades inhibitorias de la inflamación y de la angiogénesis. Evita la formación de opacidades en la córnea y se utiliza en oftalmología como cubierta biológica o como injerto para el tratamiento de diversas afecciones.

CASO CLÍNICO

Presentamos el caso de un varón de 34 años de raza negra que ingresa en la Unidad de Grandes Quemados de nuestro hospital tras sufrir quemaduras por llama en el 16 % de la superficie corporal total y con quemaduras faciales.

A la exploración oftalmológica mostró: buena oclusión palpebral, fenómeno de Bell ausente, hiperemia moderada sin quemosis ni secreciones, pérdida total del epitelio corneal, isquemia de casi la mitad del limbo y opacidad estromal en ambos ojos. La piel de los párpados se mantuvo integra, solo presentaba edema moderado e hiperemia (figura 1).

Se instauró tratamiento con pomada lubricante cada 4 horas, Aureomicina colirio cada 8 horas, Doxiciclina 100 mg cada 12 horas por el efecto anticolagenolítico y antiinflamatorio y Ácido Ascórbico 500 mg cada 12 horas para favorecer la síntesis de colágeno.

Después de 5 días se realizó en ambos ojos trasplante de membrana amniótica, manteniendo el mismo tratamiento tópico. Las membranas amnióticas fueron colocadas sobre la córnea con su epitelio hacia abajo y suturadas a la conjuntiva perilímbica con Vicryl 10/0 (figuras 2 y 3).

16 días tras el trasplante las membranas amnióticas estaban preservadas todavía y se retiraron (figura 4).
La exploración oftalmológica al alta fue la siguiente:

• Agudeza visual sin corrección: 0.6 en el ojo derecho y 0.7 en el ojo izquierdo
• Párpados: sin madarosis, bordes íntegros
• Conjuntiva: hiperemia moderada, sin isquemia límbica
• Cornea: fluo negativa, buena epitelización, discreta nubécula en el ojo izquierdo (figuras 5 y 6)
trasplante_membrana_amniotica/quemadura_ojo_oftalmologia
trasplante_membrana_amniotica/quemaduras_ojo_oftalmologia
DISCUSIÓN 

La membrana amniótica está constituida por dos componentes: una matriz estromal avascular y una gruesa membrana basal. La matriz estromal ofrece soporte estructural y representa una base para el crecimiento de tejidos. La membrana basal tiene una monocapa de células epiteliales que son las encargadas de la producción de factores de crecimiento epitelial, citokinas inmunomoduladoras, sustancias antibacterianas. Facilita también la migración de células epiteliales, refuerza la adherencia de células epiteliales, promueve la diferenciación epitelial y desempeña un papel en la prevención de apoptosis epitelial. 

El epitelio de la membrana amniótica también produce gran número de factores de crecimiento como el factor de crecimiento fibroblástico y factor de crecimiento transformador beta, que estimula la reparación epitelial. También presenta una actividad inhibitoria de proteasas, ayudando a restaurar la integridad del epitelio corneal. 

El uso de la membrana amniótica en las quemaduras severas está comprobado que mejora el grado de transparencia corneal, disminuye la neovascularización de la córnea y evita la formación de simbléfaron conjuntival, ofreciendo una barrera de protección para la superficie ocular. 

El trasplante de membrana amniótica es exitoso para el crecimiento de nuevas células epiteliales progenitoras que sustituyan el daño epitelial en corneas con defectos epiteliales persistentes y estroma corneal desnudo. Permite la epitelización rápida, disminuye la inflamación postoperatoria y reduce la formación de cicatrices residuales. 

Nuestro caso clínico demuestra que el trasplante de membrana amniótica es muy útil para la regeneración corneal en quemaduras graves que pueden tener consecuencias catastróficas, sobre todo cuando el compromiso visual es bilateral. 

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